Este lugar es la pared de los fusilamientos. ¿Qué se puede decir? Si el nombre ya lo dice todo. Era el lugar donde las SS se dedicaban a fusilar a prisioneros del campo.
Cuando entras, ves que los barracones que lo rodean tienen las ventanas tapiadas. ¿Para qué? Para que los demás presos no pudieran ver como se fusilaba a sus compañeros. Aunque esto no evitaba que se escuchasen los disparos y los gritos.
Hay que tener poca humanidad para ser capaz de fusilar a alguien a sangre fría, verlo morir con tus propios ojos y no tener remordimientos.
En la pared siempre se encuentran flores o velas recordando a las víctimas de estos fusilamientos. Es algo conmovedor, saber que siempre se les tiene presentes y no se les olvida.
Además, en lo alto de esa pared hay una bandera. No es polaca ni alemana. Tiene los colores y las rayas de los pijamas que llevaban los presos. Es otra manera de recordarles.
En este lugar, el pasado 27 de enero cuando se conmemoró el 70 aniversario de de la liberación del campo de Auschwitz-Birkenau, supervivientes del campo dejaron ofrendas y flores para recordar a todas las personas que murieron allí, a los que no corrieron la misma suerte que ellos. Suerte. Eso era lo único que te hacía sobrevivir allí. La suerte de que no te dispararan, la suerte de que no te encerraran en una cámara de gas o la suerte de que no te usaran para algún experimento.
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